No deja de ser una curiosidad, pero como acompañamiento de una carne a la plancha o a la parrilla queda muy bien. Están sorprendentemente buenos.
Necesitamos unos tomates grandes que estén duros, sean verdes o no. Cortamos en rodajas, salpimentamos, pasamos por maizena y huevo batido y a la sartén con aceite abundante a fuego medio-alto hasta que nos guste su aspecto.
Quedan muy jugosos, pero cuidado que queman la boca que da miedo.
Y a comer.
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