miércoles, 25 de agosto de 2010

Solomillo con vinagreta francesa


Este es seguramente uno de los platos favoritos en mi casa.

La base es un solomillo de cerdo (para dos suele bastar con uno grande) loncheado en unas siete u ocho tranchas, salpimentado y hecho a la plancha muy caliente con una gota de virgen extra.

Los acompañamientos son una reducción de Pedro Ximénez (ya lo puse por ahi, se hace con ese vino, azúcar y un buen rato a fuego lento), un buen puré de patatas (el mismo de otras veces: dos patatas grandes hervidas, sal, pimienta, orégano, un poco de nata, aceite virgen extra y una yema), y por fin la vinagreta francesa.

Esta es una sencilla emulsión que le da a la carne un sabor extraordinario. En un pequeño bol ponemos una yema de huevo, una cucharada de mostaza antigua en grano, un buen chorro de miel y sal, lo mezclamos con unas varillas y agregamos muy poco a poco aceite de girasol (dos cucharadas soperas bastarán, pero insisto en que hay que ponerlas poco a poco, no de una vez) mientras no dejamos de batir con las varillas para emulsionar.

Colocamos el puré, un chorrito de la reducción de Pedro Ximénez, la carne y napamos con la vinagreta francesa. Servimos muy caliente.

Es una auténtica delicatessen.

Y a comer.

1 comentario:

  1. Le diré a la parienta que se pase por aquí.
    Merece la pena.
    Mogo

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